El término "haberdasher" tiene sus raíces en el inglés medieval, donde originalmente se refería a un vendedor de artículos pequeños relacionados con la costura y la confección.

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Durante el siglo XIX y principios del XX, los haberdashers se convirtieron en figuras clave especializándose en ropa y accesorios para hombres, ofreciendo trajes, sombreros, camisas, corbatas y pañuelos, desempeñando un papel crucial en la definición de la moda masculina y el profesionalismo.

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Los haberdashers no solo vendían ropa, sino que también asesoraban a sus clientes sobre estilos y modas. Eran vistos como expertos en etiqueta y apariencia personal, y su influencia se extendía más allá de las ventas a la configuración de normas sociales y profesionales para la vestimenta masculina.

 

Un haberdasher tiene el interés por la moda y accesorios personalizados, de alta calidad y gran un servicio al cliente. Evoca un sentido de nostalgia y calidad artesanal donde la calidad, la personalización y el servicio al cliente son altamente valorados.

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